El género está de moda. El mes pasado, millones de mujeres y hombres marcharon para protestar la actitud del presidente estadounidense Donald Trump frente a las mujeres. Del mismo modo, a raíz del asesinato de Yuliana Samboní, hubo especulación en redes sociales (sin fundamento científico) que el comportamiento perverso de Rafael Uribe Noguera se debía a que había salido de un colegio masculino. Incluso, los acuerdos de paz han estado marcados por polémicas alrededor del “enfoque de género”.

En el momento en que los padres y madres de familia deciden qué posturas adoptar para preparar a sus hijos para las realidades del siglo XXI, una de las decisiones más importantes es si optar por un colegio mixto, o de un solo género. Aunque esta es una decisión muy personal, en Éccole! creemos en los datos, por lo cual les compartimos algunos de los estudios realizados sobre el tema, partiendo de ciertas expresiones utilizadas por nuestros clientes al momento de elegir colegio.

“El mundo es mixto”

El comentario más común de los padres de familia que eligen colegios mixtos. Esto tiene que ver con que el colegio es una preparación para la vida, no solo en lo académico, sino en todos los aspectos de formación. En Inglaterra, encontraron que los hombres mayores de 40 que se habían graduado de colegios de un solo género tenían una mayor probabilidad de divorciarse (pero esto no ocurría en mujeres) que aquellos que se graduaron de colegios mixtos. Esto sugeriría que, basándose en este estudio, para el desarrollo de algunas habilidades sociales son mejores los colegios mixtos o femeninos, más no los masculinos.

“En colegios de un solo género se distraen menos”

Algunos colegios co-educacionales, en donde los niños y niñas aprenden en salones separados, argumentan que esta separación permite la interacción de los géneros en áreas sociales, sin la distracción en lo académico. Sin embargo, un estudio en la revista Science encontró que en Gran Bretaña, Australia, Canadá y Nueva Zelanda, no había diferencias en resultados académicos entre colegios mixtos y de un solo género.

Sin embargo, otros estudios encontraron que, en la universidad, mujeres que eran ubicadas en clases mixtas o de un solo género de manera aleatoria, tenían un 7.5% más de probabilidad de aprobar clases de primer semestre y de tener notas 10% mejores que las que eran ubicadas en clases mixtas.

Basándonos en estos dos estudios, entonces, decidimos indagar más sobre lo que ocurre en Colombia. Los resultados se encuentran más adelante en este artículo.

“Los colegios de un solo género son mejores en la formación en valores”

Medir la formación en valores es una tarea de titanes, ya que cada familia predica y cree en valores diferentes. Sin embargo, un indicador de la formación en valores puede ser la tasa de intimidación escolar en colegios; si hay menos intimidación, se podría pensar que los colegios están formando a los estudiantes en habilidades para la resolución de conflictos, que involucra trabajar sobre diferentes valores.

Enrique Chaux, el experto colombiano en matoneo e intimidación escolar, encontró en un estudio del 2009, que varios factores están relacionados con la tasa de intimidación escolar. Uno de esos es el género; encontró que la proporción de mujeres en un curso está relacionada con la tasa de intimidación en ese curso. Es decir, mientras más mujeres haya en un curso, hay una menor tasa de intimidación escolar. Esto sugiere que la intimidación debe ser mayor en colegios masculinos, seguidos por colegios mixtos, y finalmente por colegios femeninos.

“Las niñas y los niños aprenden de manera diferente”

Aunque los colegios de un solo género argumentan que los niños y las niñas aprenden de manera diferente, de acuerdo a diferencias en su visión, audición y funciones nerviosas automáticas, algunos autores han encontrado que las diferencias no son estadísticamente significativas. Consideramos que la razón por la cual se habla de diferencias en la forma en que aprenden niños y niñas, es porque la ciencia popular rara vez se detiene a analizar la estadística y el tamaño del efecto. Es decir, no se analizan muestras lo suficientemente grandes para concluir si verdaderamente hay una diferencia entre géneros.

Para dar un ejemplo; si se hace un estudio para ver cuántos habitantes de Bogotá tienen carro, pero se toman los datos en el sector de Rosales, el resultado probablemente dará que el 97% de las personas tienen carro. Así, se podría concluir, de manera errónea, que el 97% de las personas en Bogotá tienen carro, pero el tamaño de la muestra es muy pequeño para llegar a semejante conclusión.

Por otro lado, en cuanto a las diferencias que sí se han encontrado en el cerebro, no se sabe bien la relevancia de estas diferencias al momento de aprender. Por ejemplo, el autor Michael Guarian, quien escribe sobre las diferencias en aprendizaje entre hombres y mujeres, omite algunas de las funciones de la amygdala en el cerebro; simplemente menciona que los hombres, al tener amygdalas más grandes, tienden a ser más agresivos. Sin embargo, no menciona las múltiples otras funciones de este órgano, tales como reconocimiento facial, toma de decisiones, y percepción social.

Otro problema es que los estudios que mencionan diferencias entre géneros en aprendizaje, se han hecho en su mayoría, con hombres y mujeres adultos. Uno de los pocos estudios realizados en niños, mostró patrones muy diferentes a los encontrados en adultos, y ninguna diferencia entre géneros (Kucian et al 2008). Esto se debe a la plasticidad neuronal que tienen los niños; son más flexibles ante el aprendizaje que los adultos.

Una de las diferencias más citadas por los abogados del aprendizaje diferencial entre géneros, es la supuesta diferencia en el tamaño del cuerpo calloso (estructura que comunica los dos hemisferios del cerebro) entre mujeres y hombres, siendo más grande en mujeres. Sin embargo, múltiples estudios han desacreditado esa explicación, debido a una ausencia de diferencias significativas entre los géneros, en cuanto al tamaño del cuerpo calloso. Leonard Sax, uno de los abogados más apasionados de la educación de un solo género, ha basado sus conclusiones en el estudio de ratas (¡sí, ratas!) encontrando diferencias en visión y audición entre géneros.

Al final del día, la pregunta es: ¿se deben adoptar diferentes metodologías pedagógicas para diferentes géneros? Estudios recientes sugieren que en niños y niñas de la primera infancia, no hay diferencias entre géneros en la forma de procesar información y en el aprendizaje, desde el momento del nacimiento.

¿Qué pasa en Bogotá?

En el 2016, 12,212 colegios de calendario A presentaron las pruebas Saber 11 en todo Colombia. De estos, el 98% son colegios mixtos, el 1.83% femeninos, y el 0.52% son masculinos (datos tomados de las bases de datos del ICFES). En calendario B ocurre algo similar, pero a menor escala. En 2016, 624 colegios de calendario B presentaron las pruebas Saber 11. De estos, 92% son mixtos, 5.14% son femeninos y  2.41% son masculinos.

Dado que el porcentaje de colegios de un solo género es muy pequeño, hacer comparaciones estadísticas es complicado porque el tamaño de los grupos a comparar es muy disímil. Sin embargo, al comparar colegios privados de Bogotá tanto en calendario A como en calendario B, encontramos que los colegios de un solo género tienden a tener puntajes estadísticamente más altos, en promedio, que los mixtos, como se ve en la gráfica 1. Adicionalmente, los colegios masculinos tienen desempeños más altos que los femeninos, en matemáticas y sociales.

Que a los estudiantes en colegios de un solo género les vaya mejor que a los de colegios mixtos tiene muchas posibles explicaciones. Puede ser que los colegios de un solo género tienen desempeños más homogéneos, por ser muchos menos que los colegios mixtos. Puede ser que el énfasis altamente académico de los colegios de un solo género lleva a los estudiantes a lograr mejores resultados. Incluso, puede ser que las familias que eligen colegios de un solo género están buscando la excelencia académica; o que estos colegios estén eligiendo a estudiantes con altos potenciales, por lo cual hay un filtro inicial que determina los estudiantes que entran a este tipo de colegios.

Esta última explicación se ha visto en estudios realizados en Estados Unidos: según Hayes y sus colaboradores, las estudiantes de colegios de un solo género tenían resultados más altos que los de colegios mixto, pero porque ingresaban al colegio con niveles más altos que los de los otros colegios. Es decir, los colegios de un solo género estaban filtrando estudiantes de manera más precisa.

En la siguiente gráfica vemos varios “box plots“. La raya horizontal dentro de las cajas representa la mediana, es decir, el punto intermedio entre el puntaje menor y el mayor, obtenido por cada tipo de colegio (mixto, masculino y femenino). Las cajas de cada tipo están conformadas por todos los colegios de ese tipo. En este caso, una mediana más alta puede indicar un desempeño mejor, en promedio. Es importante notar que el orden de las medianas, en cuanto al puntaje más alto, en las cinco áreas del núcleo común, es: colegios masculinos, colegios femeninos, colegios mixtos. Es decir, colegios masculinos tienen desempeños estadísticamente superiores a los femeninos, y tanto masculinos como femeninos tienen desempeños estadísticamente superiores a los mixtos.

Que a las mujeres de colegio femenino les vaya mejor que a mujeres de colegio mixto, en matemáticas, se ha visto en otros contextos, y se puede atribuir a la “amenaza de estereotipo“: cuando a las mujeres se les dice que los hombres son mejores en matemáticas, se sienten amenazadas y en consecuencia, su desempeño resulta siendo inferior al de los hombres, algo que no ocurre en colegios femeninos.

Gráfica 1: Diferencias en el puntaje de las materias del núcleo común de la prueba Saber 11, en colegios privados de Bogotá, de calendario A, en el 2016.

¿Hay diferencias entre niños y niñas en colegios mixtos privados en el resto de Colombia?

Al comparar el desempeño promedio de niños y de niñas por colegio, en colegios mixtos privados, vemos ciertas tendencias en Colombia, que también se han observado a nivel mundial. Las niñas tienden a ser mejores en los idiomas (lectura crítica, en el caso de las pruebas Saber 11 en Colombia), y los niños mejores en matemáticas. En la gráfica 3 están todos los colegios mixtos privados que presentaron la prueba en ambos calendarios (A y B) en Colombia. El eje Y representa la diferencia en el puntaje promedio de niños y de niñas: mientras más positivo el valor, a los niños les fue mejor que a las niñas, y mientras más negativo, les fue mejor a las niñas que a los niños. Así mismo, un valor de cero indica que niños y niñas obtuvieron promedios similares por materia, en cada colegio. Es importante señalar que en ambos calendarios, los niños superan a las niñas en matemáticas, ciencias naturales y sociales y las niñas superan a los niños en lectura crítica. En calendario B, las niñas también superan a los niños en inglés, aunque es probable que la magnitud del efecto no sea muy alta.

Gráfica 3: Diferencias en el puntaje de las materias del núcleo común de la prueba Saber 11, en todos los colegios mixtos de calendario A y B, en el 2016.

Lo que demuestra la gráfica anterior nos obliga a preguntarnos: ¿por qué? ¿Por qué los niños tienen mejores puntajes que las niñas en matemáticas? Que a los niños les vaya mejor que a las niñas en materias como matemáticas y ciencias naturales no es una noticia nueva; de los 65 países que presentaron la prueba PISA en el 2009, 54 países presentaron esta tendencia. Así mismo, el ICFES conoce estas diferencias desde hace tres décadas. Una de las explicaciones para la diferencia entre géneros es que los niños tienen mayores habilidades visuoespaciales.

Sin embargo, no es la única explicación: los contextos socioculturales son importantes en la educación de los estudiantes, incluyendo las experiencias personales, el entorno, y las prácticas culturales. Una de estas prácticas tiene que ver con el tipo de juegos al que son expuestos niños y niñas. Por lo general, los niños tienden a participar más en juegos de percepción espacial, como legos, rompecabezas 2D y 3D, mientras que las niñas tienden a recibir juguetes y muñecas. Así mismo, en estudios realizados sobre la percepción de los padres frente al desempeño matemático de sus hijos, investigadores encontraron que los papás confiaban más en el desempeño de los niños, y pasaban más tiempo resolviendo problemas con ellos, que con las niñas.

¿Hay diferencias entre niños y niñas en colegios mixtos privados vs. colegios mixtos públicos?

Una aproximación un poco más amplia nos lleva a analizar a todos los estudiantes de colegios mixtos de Colombia, tanto públicos, como privados. En los colegios privados de ambos calendarios, vemos que se repite el patrón que encontramos en Bogotá. Sin embargo, un hallazgo preocupante es que en colegios oficiales, mixtos, de calendario A, los niños presentan un mejor desempeño que las niñas en las cinco materias del núcleo común de Saber 11 (gráfica 4).  

género

Gráfica 4: Diferencias en el puntaje de las materias del núcleo común de la prueba Saber 11, en todos los colegios oficiales mixtos de calendario A, en el 2016.

Dado que la mayoría de los colombianos se gradúan de colegios oficiales, es clave preguntarnos: ¿por qué? ¿Es acaso diferente el rol de la mujer en poblaciones de colegios no oficiales vs. oficiales? Según un estudio del ICFES en el 2013, la brecha en el nivel de matemáticas aumentaba con la edad, siendo menor en Saber 5º que en Saber 9º, mientras que en lectura crítica disminuye. Por otro lado, hallaron que la brecha en lectura crítica, en Saber 11, a nivel nacional (2009-2013) no estaba sesgada hacia las niñas, y esto era más visible en colegios oficiales. Es posible que la desigualdad social explique estos resultados; en el 2013, los indicadores de mercado laboral y empoderamiento político eran mayores para hombres que para mujeres. Según las pruebas PISA, en el 2009, Colombia fue el país con mayor diferencia en los resultados entre géneros,  a favor de los niños.

En este mismo estudio realizado por el ICFES en el 2013, encontraron que los resultados de las niñas en matemáticas estaban determinados por autoconfianza, edad, y expectativas de estudio. (Los resultados eran menores a menor autoconfianza y expectativa de estudio, y a mayor edad). En los niños, disfrutar de la lectura, el uso de estrategias de resumen para leer, y comprensión lectora, resultaban en un mejor desempeño en lectura crítica, así como las estrategias pedagógicas de los maestros.

En conclusión, la diferencia en los resultados de las pruebas Saber 11 existe tanto entre géneros como entre tipos de colegios, en donde 1) los colegios de un solo género tienen resultados más altos en la prueba que los mixtos, en este orden: masculinos, femeninos, mixtos, es decir, los resultados de las niñas en colegios femeninos son mejores que los de niñas en colegio mixtos, y lo mismo ocurre en niños. Así es que las familias interesadas en un mejor desempeño académico tienen mayor probabilidad de encontrarlo eligiendo un colegio de un solo género.

2) En los colegios privados, los niños obtienen resultados significativamente mejores que las niñas en matemáticas, y las niñas resultados significativamente mejores en lectura crítica. 3) En los colegios mixtos oficiales, el sesgo general hacia el mejor rendimiento de los niños es mayor que en los colegios no oficiales. El por qué de cada uno de estos fenómenos no lo sabemos, pero consideramos que el gremio de la educación debe reflexionar en cuanto a estos hallazgos, especialmente porque podrían estar indicando problemas profundos en nuestra concepción del género como sociedad.