Al pensar en evaluación, inmediatamente la relacionamos con las notas. Las notas no siempre han existido, por supuesto. ¿Se imaginan a Platón “rajándose” con su mito de la caverna, o a Shakespeare obteniendo un 4.8 en un dictado? Probablemente no habríamos conocido sus obras. Antes, la forma de aprender era por medio de discusiones profundas entre mentor y estudiante sobre el área del conocimiento y la misma forma de aprender.

Sólo con el surgimiento de la Revolución Industrial, y con nuestra necesidad de optimizar todos los procesos, surgieron las primeras notas. En esencia, uno pensaría que tienen sentido; es un fin último al cual llegar, sea este fin un 5, un 10 o un “Excelente”. Pero la realidad es que, sin retroalimentación, los estudiantes difícilmente podrán llegar a mejorar y llegar a ese “punto de perfección.” Además de esto, la vida real no se califica con notas, por lo general.

“Obtuviste un 2.5 en dormir a tu niño, y un 5.0 en alimentarlo.” ¿De qué le serviría esto a una mamá que no logra conciliar el sueño cada noche, y no sabe como hacer que su bebé duerma una noche seguida? Es por eso que, alrededor del mundo, muchos sistemas educativos están optando por la evaluación cualitativa, en vez de la cuantitativa. A continuación les damos una guía para diferenciarlas.

  1. Evaluación diagnóstica

Pedagogías como el constructivismo plantean que no todos los estudiantes saben lo mismo. Esto es de esperarse, dadas las diferencias en su entorno familiar, y en su hábitos. Es por esto que, al inicio de un tema o concepto nuevo, los profesores evalúan el conocimiento de sus estudiantes acerca del tema. Esto lo pueden hacer por medio de una lluvia de ideas, un mapa mental, o con estrategias como un muro “KWL”: Que sé (Know), que quiero saber (Want to know), qué aprendí (Learned). A medida que avanzan en el conocimiento, los mismos estudiantes mueven sus preguntas a respuestas, y surgen nuevas preguntas. Esto se puede ver en colegios IB, como The English School, o el Gimnasio Femenino.

  1. Evaluación formativa

A mitad de cualquier proyecto, es bueno hacer una pausa para saber si estamos haciendo bien. Esta es la idea de una evaluación formativa; verifica qué han aprendido los estudiantes del tema visto. En el programa de escuela primaria (PEP) del Bachillerato Internacional, las evaluaciones formativas se hacen a lo largo de una unidad. Por ejemplo, si están viendo una unidad sobre el cambio, una evaluación formativa podría ser organizar el ciclo de vida de una mariposa, para ver cómo cambia a lo largo de su vida. De esta forma, si un estudiante todavía no comprende el ciclo, y confunde una larva con una pupa (levanten la mano todos los que pasarían por esto), el profesor lo retroalimenta, explicándole cómo puede mejorar. Acá pueden ver un ejemplo de una evaluación formativa del colegio San Patricio.

  1. Evaluación sumativa

Aunque en la vida real uno nunca acaba de aprender de un tema (si no, pregúnteles a los científicos qué es un post-doctorado), en el colegio hay un inicio y un cierre. La evaluación sumativa denota un cierre del proceso. Lo ideal es que, así lleve una nota formal, debe ir acompañado de explicaciones, indicando en qué acertó el estudiante, y en qué debe seguir mejorando. Acá pueden ver un ejemplo de una evaluación sumativa del Colegio Tilatá.

  1. Evaluación estandarizada

Es, tal vez, la evaluación más conocida y la más polémica. La mayoría de nuestros lectores habrán presentado por lo menos una de estas pruebas. En Colombia, la más conocida es la prueba SABER 11 (antes conocida como ICFES), pero la verdad es que los estudiantes colombianos presentan hoy en día muchas pruebas estandarizadas: las pruebas SABER 3º, 5º, 7º, 9º, 11º, son obligatorias en todos los colegios. Otros colegios pueden ser seleccionados para presentar las pruebas PISA. Finalmente, los colegios internacionales evalúan el nivel de un segundo o tercer idioma con pruebas internacionales como TOEFL, SAT, DELF, DALF, Celpe BRAS, Cambridge, entre otras.

Acá resumiremos los pros y los contras de este tipo de evaluaciones.

  1. Pros

Permiten una mirada comparativa global. Así, un estudiante que obtiene un 100 en el TOEFL, puede viajar a cualquier lugar del mundo y certificar su dominio del idioma. Dependiendo del examen, existe una correlación entre el desempeño en los exámenes estandarizados y el nivel de éxito profesional de los estudiantes, según la revista Science, puntualmente su desempeño en el postgrado.

Si a la vez, estas pruebas estandarizadas van de la mano con evaluaciones en el salón que reten a los estudiantes, de manera que exijan mayores niveles de comprensión, mejora el desempeño general de os estudiantes. En estudios llevados a cabo en Chicago, se encontró que los estudiantes de 3º, 6º y 8º a quienes los profesores les ponían mayores retos en las evaluaciones de matemáticas e inglés, les iba mejor en la prueba estandarizada de Iowa.

  1. Contras

La mayor protesta en contra del ICFES, por ejemplo, es que, que a un estudiante le vaya bien en la evaluación no demuestra su habilidad en la materia, sino su habilidad para responder el examen. Sin embargo, esto es debatible; Finlandia obtiene sistemáticamente los mejores puestos en las pruebas PISA, pero sus estudiantes nunca presentan ningún tipo de evaluación estandarizada a lo largo de su escolaridad.

Por otro lado, las evaluaciones estandarizadas por lo general son escritas (menos las de idiomas, que pueden tener componentes de comprensión auditiva y de habla). Esto puede facilitar el desempeño de aquellos estudiantes con inteligencia lógica, creativa o visual. Sin embargo, puede poner en desventaja a aquellos estudiantes que son más cinestésicos o interpersonales.

Aunque las pruebas estandarizadas usualmente se perciben como más rigurosas e imparciales, no siempre es así. En estudios realizados para determinar cuál era el mayor predictor del éxito universitario, si las notas del colegio o las de las pruebas estandarizadas, encontraron que las notas del colegio predecían mejor el éxito en la universidad.

Por otro lado, en el caso de las pruebas SABER, aunque el Ministerio de Educación tiene unas pautas de lo que se debe enseñar en cada área del conocimiento, hay colegios que tienen programas internacionales, como AP, IB o Matura, en donde los estudiantes pueden elegir qué materias ver en lo últimos años, razones por la cual su desempeño en la prueba estandarizada puede ser dispareja ; muy buen desempeño en materias en las que profundizó, y menor desempeño en las que no lo hizo.

¿Tener un buen desempeño académico garantiza el éxito?

La mayoría de ustedes probablemente ya respondió en su cabeza “no”. Hoy en día, las empresas más poderosas del mundo, como Google, no se están concentrando en las notas de la universidad, ni de los exámenes estandarizados. El director de recursos humanos, Laszlo Bock, dice que estas no predicen qué tan bien se va a desempeñar una persona dentro de la compañía. Para trabajar en Google, lo más importante es “la habilidad cognitiva, no el cociente intelectual. Es la capacidad de aprendizaje, de procesar sobre la marcha, y conectar diferentes pedazos de información.”

De acuerdo con esto, si se le da retroalimentación a un estudiante, para que este pueda mejorar, en vez de enfocarse en su nota, es posible que se vuelva más flexible y resiliente ante dificultades en su proceso de aprendizaje.

En resumen, la evaluación debe tener un propósito; tanto los estudiantes, como los padres y los profesores deben tener claro en todo momento en donde está el estudiante, y que le falta para llegar a su meta. Es por eso que les recomendamos a los estudiantes apropiarse de su aprendizaje, y cambiar la pregunta ¿Cuánto me falta para pasar? por ¿Qué puedo estudiar para mejorar mi comprensión?